Sus quejas vienen por un reportaje de la televisión pública catalana, ‘La Bona Mort’, en el que solo aparecieron invitados a favor de la eutanasia.
Xavier Sobrevia es médico, sacerdote y delegado de la Pastoral de Salud de la Diócesis de Sant Feliu de Llobregat. Ha enviado una carta de queja a la televisión pública catalana por el contenido del reportaje ‘La Bona Mort’ (la Buena muerte) que se emitió en el programa 30 minutos del pasado domingo. Ha sido la gota que ha colgado el vaso, porque este sacerdote denuncia que, desde 2021, en TV3 solo se han lanzado mensajes a favor de la eutanasia y nunca ha aparecido una opinión «discordante».
Y lamenta que esa «publicidad a favor de la muerte de los enfermos con la eutanasia nunca había llegado hasta ese extremo» (con el reportaje). Es más, destaca que la presentadora del espacio ya advierte de que no se trata de ningún debate. Por todo ello, invita a los responsables de la televisión pública a que reflexionen y presenten temas «tan delicados» con más «objetividad, imparcialidad y debate».
Pero, además, en esta carta, Sobrevia reconoce que el tema de la eutanasia es «difícil y complejo», porque se mezclan cuestiones muy diversas. Precisamente, por este motivo, cree que hay «falta de pluralismo» y, en cambio, el reportaje ofrece «una mirada muy reduccionista de la situación del enfermo, de los familiares y de los profesionales». Se ofrece, en definitiva, una visión «parcial» sobre cómo hacer frente a una situación de enfermedad grave o de gran discapacidad. Y es que, todo el trabajo gira en torno a una activista de la asociación Derecho a Morir Dignamente.
Curas paliativas
Considera que se podría haber ampliado esa perspectiva hacia otros enfermos, como Jordi Sabaté Pons, que padece ELA, y que representa también a aquellas personas que «quieren seguir viviendo» a pesar de su grave enfermedad. Y, sin embargo, prosigue en la carta, se repite el planteamiento de que la eutanasia es la «única solución al sufrimiento, ignorando la realidad de unos tratamientos adecuados a los padecimientos con unas curas paliativas de calidad». Y todo ello, asegura, por «una deficiente cobertura sanitaria».
De ahí que considere «grave, arriesgado e injusto» apostar siempre por «acabar con la vida de la persona» como solución. Y de hecho, cree que lo que hace el reportaje es «dar normalidad, hacer propaganda para que más personas conozcan y pidan la eutanasia, mientras que no se explican otras alternativas que alivien el sufrimiento». Mossén Sobrevia recuerda en su carta que no se dice que la eutanasia no es otra cosa, «que una tercera persona provoque tu muerte». Y, en cambio, se usan «eufemismos» como ‘dejar ir’ o ‘dejar marchar’.
El delegado de la Pastoral de Salud también lamenta que el reportaje plantea que hay «vidas que no valen la pena ser vividas», pero, en cambio, no pone encima de la mesa los riesgos que ello conlleva. De ahí que lance algunas preguntas clave, como «¿Es bueno vivir?, ¿Es un bien matar?, ¿Es un bien provocar la muerte?, ¿Está bien suicidarse?». Y para Sobrevia lo que se pretende es «convertir el mal en un bien. Y eso es un engaño».
Y el sacerdote pone el acento en otra cuestión: «descartar nuestra vida cuando ha cambiado tanto que se acaba pensando que yo no soy yo». Para Sobrevia, adaptarse y aceptar las diferentes etapas de la vida es «un acto de madurez y de realismo que hay fomentar». Y volvía a poner el ejemplo de la ELA, enfermedad que comporta muchos cambios, «que podemos ayudar a asumir o negar, que podemos ayudar a vivir o a repeler». Y asumir esos cambios, añadía, es «una tarea fundamental si amamos».
