La bula de convocatoria del Jubileo indica un listado de signos de esperanza como fruto de ese tiempo de gracia que estamos viviendo. El segundo signo de esperanza que señalaba el Papa, después de la paz, era la maternidad.

En el núm. 9 decía: “La comunidad cristiana, por tanto, no puede quedarse atrás en su apoyo a la necesidad de una alianza social para la esperanza, que sea inclusiva y no ideológica, y que trabaje por un futuro que se caracterice por la sonrisa de muchos niños y niñas que vendrán a llenar las cunas vacías que ya hay en muchas partes.

En sintonía con este anhelo el pasado 16 de noviembre se inauguró en Molins de Rei, con la presencia del obispo Xabier, un proyecto de apoyo a la maternidad en el Hogar Magdalena Bonamich. Este edificio de interés histórico – otorgado hace unos años en herencia por la señora Magdalena Bonamich en la parroquia de san Miguel arcángel – desarrolla desde entonces una función social de acogida a personas vulnerables. Este año, la parroquia ha confiado la gestión del Hogar a la asociación Hogar de María que acompaña a mujeres sin recursos que están a punto de dar a luz o lo han hecho recientemente. Actualmente viven 5 mujeres con 6 niños, y también una profesional contratada por la asociación. Y en estos últimos meses en el Hogar han nacido dos criaturas.

Ésta es la primera casa gestionada por la asociación, ya que de hecho trabaja en colaboración con parroquias en modalidad “centro de día” en los locales parroquiales para atender a este colectivo de mujeres y niños en riesgo de exclusión, con el apoyo de profesionales y voluntariado. En el caso de Molins de Rei, los encuentros son dos días a la semana en los locales, donde también las madres que lo desean pueden recibir asistencia espiritual.

La jornada continuó con la celebración de la Eucaristía presidida por el obispo, donde, aparte de las confirmaciones de adolescentes de la parroquia, se bautizaron a dos niños del Hogar. Después, dado que ese día era la jornada mundial de los pobres, la parroquia ofreció una comida festiva para personas necesitadas en sus locales. Los invitados, unas 50 personas, disfrutaron de una fideuá – cocinada y servida por voluntarios- y de otras aportaciones solidarias de recibidas de comercios para la ocasión.

Hogar de María:

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